Bellísima comarca, pletórica de luminoso y vivo verdor, constituida por un plano inclinado atravesado por numerosos barrancos, en donde el viñedo, cultivado en terrenos aterrazados, se encarama desde casi el borde marino hasta cerca de los 1.000 m de altitud, concentrándose, no obstante, la mayor parte de su viñedo entre los 300 y 750 m.
Las particulares condiciones naturales y humanas de la zona han producido formas muy originales de cultivo de la vid, consistentes en plantaciones en líneas muy separadas (6 a 8 m) de cepas formadas en rastras que se apoyan en soportes (horquetas) y se extienden ocupando, durante el período activo de la planta, toda la superficie de la parcela, para después, una vez efectuada la vendimia, ser recogidas sobre la línea dejando así la parcela libre para cultivos herbáceos, principalmente patatas.